«Cromwell iba a devastar a toda la cristiandad, la familia real estaba perdida, y la suya poderosa como nunca, de no ser por un granito de arena que se hizo sitio en su uréter. Incluso Roma iba a temblar ante él. Pero, al meterse ahí esa arenita, él murió, su familia quedó humillada, todo en paz, y el rey fue reestablecido»
Blaise Pascal, Pensamientos. B. 176
